La costa de Lugo, desde
Ribadeo hasta Vicedo, no es demasiado larga. Pero esta brevedad
se compensa con una ancha y múltiple hermosura. Si toda la
provincia de Lugo es de valles y montañas, de bosques y de
ríos, el litoral participa en cierta medida de estos atributos.
Aquí los bosques bajan hasta el borde del agua. El recio
perfil de acantilados se rompe aquí y allí en rías
bellísimas, en largas playas de claras y finas arenas. Durante
el vuelo hemos desviado el rumbo alguna vez para asomarnos a esos
valles un poco olvidados -Mondoñedo, Lorenzana- cargados
de historia y de leyenda, donde los viejos monumentos tienen una
pátina de años y de melancolía, donde la niebla
se agarra a las torres de los monasterios abandonados. En Lugo se
percibe más hondamente quizá que en otros rincones
de Galicia ese vago sentimiento que aquí llaman "morriña". |
Articulo
de 1964 publicado en la Revista Blanco y Negro bajo el título "Lugo,
costa breve y pais de valles, rios y bosques"
|