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Requebrando
la orilla asturiana del Eo, la villa se inclina hacia el auga desde el llano
de la plaza principal. Abajo está el barrio de los pescadores, el
Mirasol. Ribadeo tuvo escuela de náutica e importante comercio con
las Antillas y el norte de Europa. Los piratas normandos -devastadores de
este litoral- y las escuadras de Francia y de Inglaterra rondaron muchas
veces esta agua tranquilas. Villa campesina y marinera por mitades, Ribadeo
parece vacilar entre la permanente tentación del Cantábrico,
abierto al riesgo y la aventura, y la plácida seguridad de esos campos
verdes que se ciñen a la población hasta invadirla por todas
partes en lírico asalto |